Esta gran celebración trasciende más allá de las fronteras, uniendo bajo una misma fe a cientos de personas provenientes de distintos países alrededor del mundo.
«Esa romería me marcó, la interrumpí ese día, vine celebré el funeral y después de la misa de cuerpo presente, me devolví, le dije a papi: papi ya usted recorrió su camino, a mí me falta todavía; fue doloroso, pero el grupo se solidarizó y uno nunca está solo»