Este lunes 26 de agosto ha dado inicio la Visita Pastoral de Mons. Juan Miguel Castro Rojas a la Parroquia Medalla Milagrosa en Agua Buena, momento propicio para manifestar ese rostro cercano de Iglesia en Salida que nuestro Obispo desea.
Este 19 de agosto, la Diócesis de San Isidro celebró con gran alegría los 70 años de su creación, dando gracias a Dios por aquella feliz noticia que el Papa Pío XII mediante la bula Neminem Fugit comunicó al mundo entero, en la que desmembrando territorios de la Arquidiócesis de San José y de la Diócesis de Alajuela conformaba la naciente diócesis sureña, bajo el patrocinio de San Isidro Labrador, agricultor como muchos de los pobladores de esta región.
La mañana de este sábado 17 de agosto, se tiñó de color, alegría y calor con la presencia de tantas familias que se congregaron a celebrar la vida en el contexto del jubileo por los 70 años de vida diocesana, haciéndose presente distintos carismas de la Iglesia como los Cenáculos Familiares del Rosario, el grupo Emaús, las comisiones parroquiales de Pastoral Familiar y grupos afines a los Salesianos, entre otros.
Este miércoles 31 de julio con ocasión del noveno día de la novena en honor a la Virgen de los Ángeles, Patrona de Costa Rica, la Diócesis de San Isidro visitó la casa de la Negrita, guiados por Mons. Juan Miguel Castro Rojas y con la presencia de un nutrido número de clérigos y fieles venidos de todos los sectores del territorio sureño.
Con gran gozo, la Diócesis de San Isidro ha vivido la creación de la nueva parroquia este domingo 21 de julio, cuando al ser las 10:00 am, el señor Obispo Mons. Juan Miguel Castro Rojas dio inicio a la solemne Eucaristía que tuvo lugar en el Santuario Diocesano a Jesús de la Misericordia en Barrio Morazán.
Este sábado 13 de julio, un nutrido grupo de jóvenes llenaron de alegría las calles del centro de San Isidro de El General al caminar junto a la música de una cimarrona mientras coreaban vivas por la juventud, la Iglesia y el testimonio de vida del beato Carlo Acutis. El sol mañanero y ciertamente las altas temperaturas no fueron impedimento para que los jóvenes procedentes de todas las regiones de la Diócesis hicieran una sentida y clara manifestación de fe, llenado así de esperanza el futuro de las vocaciones en la Iglesia.