Con ocasión de la Visita Pastoral que está próxima a realizar Mons. Juan Miguel Castro Rojas a la Parroquia de Potrero Grande, es bueno recordar la historia y rememorar así lo vivido en la Visita Pastoral que realizó Mons. Montero, la cual inició en horas de la tarde del domingo 26 de junio del 2016, cuando al ser las 3:00 pm se reunió con los niños y adolescentes que se encontraban en el proceso de catequesis del centro parroquial, según consta en los registros de Radio Sinaí 103.9 FM.
Familia encargada de enseñar y vivir la fe:
En este encuentro se contó con la presencia de los padres de familia, a quienes el obispo recordó lo importante que es su acompañamiento en el proceso, esto porque “los niños aprenden lo que ven de sus padres”; señalando que el Bautismo nos hace hijos de Dios, pero es necesario que los hijos puedan ver en sus padres testigos de fe.
“Los papás deben preocuparse de acompañar a sus hijos a la Iglesia” y encontrar en la Sagrada Escritura la voluntad y el querer de Dios; sólo “cuando el niño ve a sus padres que oran, que rezan en distintos momentos, aprenderán de ellos su devoción y se dará cuenta que Dios es importante”, precisó el prelado. La tarea es mostrar a nuestro Dios que tiene nombre y un rostro, es un Dios encarnado, es Jesús; por eso, “el niño ve a Dios, conoce a Jesucristo en su familia, en su casa, no en la Iglesia, porque en su casa las imágenes le hablan”, finalizó.
Posteriormente presidió la Eucaristía, en cuya homilía aplicó la segunda lectura del día a la realidad, recordando que muchas veces somos esclavos de los vicios y de las drogas, realidades que están matando a los adolescentes, víctimas también de un comercio que enriquece a costa de sangre. Señaló que “la pérdida del sentido de Dios en la sociedad y la cultura costarricense tiene enferma a nuestra patria, urge volver a Dios, el seguimiento de Jesucristo es fundamental para poder superar esta enfermedad”.
Para erradicar los males sociales el verdadero desarrollo sólo es posible con Dios:
En el segundo día de Visita Pastoral, Mons. Montero realizó un recorrido por las comunidades del Sector de Chánguena, y posteriormente visitó el Liceo Rural de la localidad; ahí, el fraile y Obispo, compartió con los estudiantes un sentido mensaje sobre la necesidad de la formación integral del ser humano, recordó que “el ser humano o se desarrolla integralmente o estará incompleto, y tarde o temprano estará frustrado como tal”. Invitó a los estudiantes a cuidar su salud con una buena alimentación y con el debido ejercicio, aprovechó también para recordar que es necesario evitar la actitud egoísta que muchas veces nos caracteriza, fruto de un mundo tecnológico que nos aísla hasta el punto de que “estamos formando gente incapaz de ser social”.
A nivel intelectual, el prelado señaló que se ocupa mística en el estudio, porque hoy la pereza quiere vencernos y terminamos con una formación baja que traería como consecuencias “el ser ignorantes con un título”, no podemos desperdiciar el tiempo de formación “vegetando en un colegio”, al contrario, se requiere estudiar más y pensar más. A nivel espiritual, dijo que falta compromiso y convicción, razón por la cual no podemos caer en la dualidad, “estamos olvidando a Dios, nos estamos abandonando espiritualmente, estamos empezando a vivir como a nosotros nos da la gana y no como quiere Dios” y este vacío nos está llevando a llenarlo con vicios, puntualizó el prelado.
En cuanto a la droga señaló que ésta destruye al ser humano, y con vehemencia dijo que no se puede caer en el mundo de la droga, porque cuando “se cultiva y se consume, cuando se vende, quiere decir que algunos están haciendo grandes negocios con la venta de la droga, es decir están envenenando la población, están viviendo de la sangre del otro y arruinando las vidas humanas y las familias, todo porque nos vamos olvidando de Dios”.
El mensaje a los jóvenes concluyó con una invitación “a todos a hacer algo por Costa Rica, sean jóvenes estudiosos, aprovechen sus bonitas instalaciones, sus ventajas y oportunidades, traten de ser ciudadanos honorables y honrados, sean gente de bien preservando a Costa Rica de los venenos en que se está muriendo y vivan como Dios lo quiere”, porque “será imposible desarrollarnos sin Dios”.
Retos y justicia social ha de responderse con unidad y compromiso:
En horas de la tarde, Mons. Montero sostuvo un encuentro con las organizaciones comunales del sector, entre ellas las Asociaciones de Desarrollo de Chánguena y la Bonga, la Asociación de Productores de la zona, el Grupo de Adulto Mayor, algunos comités organizados y el representante del gobierno local, todos ellos expusieron la realidad del sector y coinciden en la descripción de la problemática que vive el sector agrícola, señalaron la importancia del apoyo que brinda la Iglesia, indicaron los problemas de seguridad que viven por la escasa presencia policial ante la carencia de una delegación, se refirieron al problema que implica el trasiego de drogas por las montañas, y la desmotivación ante el hecho de falta de recursos para que los jóvenes continúen sus estudios universitarios.
Explicaron con detalle, la situación que se vive ante la imposibilidad de competir con los precios mundiales y el aniquilante hecho que significa para ellos que el gobierno no adquiera más sus productos; “el problema de los últimos 30 años es que no se ha favorecido al productor nacional, y sin mercado se compite con la industria sin condiciones ni tecnología, hasta el punto que nuestro producto se queda botado”, señalaron; ante este panorama, una salida que miran, es unirse para dar valor agregado al producto, como en el caso del frijol, sin embargo la situación sigue siendo crítica.
En este encuentro, monseñor hizo un llamado a la unidad, instó a no esperar respuesta solamente del gobierno nacional sino a realizar los esfuerzos necesarios y suficientes a nivel local, al tiempo que manifestó el apoyo total de la Iglesia por las causas de las justicias y la promoción humana.
Agentes de evangelización servidores de Cristo:
Para finalizar la intensa jornada de ese día, Mons. Montero tuvo el encuentro con los agentes de evangelización del sector, integrado por las comunidades de Las Cruces, Pilón, Quebrada Bonita, La Bonga, Cacique, Santa Lucía y Chánguena, quienes expusieron su plan de evangelización con las fortalezas, debilidades y desafíos, quedando como tarea pendiente las líneas de acción a realizar; se valora el trabajo realizado hasta hoy, pero se constata la poca participación en las liturgias y la oración; ante esto, monseñor exhorta a que se haga un plan conjunto, buscando líneas realizables, insistiendo en el campo de la oración, donde “urge crecer en la adoración eucarística”.
Durante la Eucaristía, recordó “que el seguimiento a nuestro Señor Jesucristo no busca la comodidad o el beneficio propio, sino el entregarse y darse en la medida de Jesucristo por los demás”; razón por la cual en la acción evangelizadora “urge ser discípulos y testigos, promotores de la fe, pero para eso tenemos que estar convencidos para poder así llevar el seguimiento que Jesús nos pide”.
En el encuentro con los Agentes de Evangelización del Sector del Carmen, habló sobre el Plan y la importancia del Consejo de Evangelización, ya que sólo así podrá desarrollarse el trabajo parroquial en cuanto a la tarea evangelizadora, señaló que “con este organismo se analizarán los desafíos y se establecerán las líneas de acción que iluminarán la toma de decisiones, que corresponde al párroco”.
Durante la Misa Vespertina en Honor a San Pedro y San Pablo, celebrada en El Carmen, Mons. Montero recordó que estos “eran dos grandes apóstoles, pero muy diferentes, Pedro pescador y humilde, Pablo intelectual y fuerte”. Pero ambos nos enseñan el seguimiento radical a Jesús, “Pablo que no había experimentado el amor de Dios en Jesucristo llega incluso a regalarnos el canto al amor y nos dice que el “amor pasa por el sufrimiento, porque sólo quien sabe esperar amando podrá cambiar al otro por amor”; con Pedro aprendemos que “lo realmente importante para los cristianos es vivir y practicar el amor, Pedro no se atreve a pronunciar la palabra amor y tan sólo dice querer porque es a donde llegamos, amar es algo muy serio y Pedro nos enseñó a amar al Señor con la prueba de dar la vida”. Y ambos, nos dicen cómo debemos evangelizar.
Llamada a la juventud a tomar la vida con responsabilidad
La jornada del tercer día en la Visita Pastoral a la Parroquia de Potrero Grande, inició con un pequeño encuentro en la Escuela Central, donde se tuvo un diálogo con la directora de este centro educativo que alberga a una población de 225 estudiantes y que es atendida por cuatro docentes. Seguidamente, se visitó el Liceo del Carmen de Biolley, ahí también se tuvo un diálogo con el director, Sr. Henry Alvarado, quien le comentó al Obispo Montero la realidad de la institución que cuenta con alrededor de 200 alumnos.
Entre los muchos temas abordados por el obispo, hizo un llamado a los jóvenes a dar un uso razonable de la tecnología y los medios de comunicación, porque muchas veces estos aportes de la técnica “han acercado a los que estaban lejos, pero han alejado a los que estaban cerca, haciéndonos incapaces de estar con el otro, perdiendo la capacidad de relacionarnos y perdiendo el valor de la amistad”, situación que no podemos permitir. En otro punto, Mons. Gabriel instó a “estudiar para la vida y no para el examen, porque debemos usar la cabeza para saber cómo vivir y para ello es necesario pensar”, puntualizó; así mismo, hizo un llamado a vivir con humildad, recordando que las buenas notas y las habilidades en un campo no deben llevar a pensar que no necesitamos de los demás, porque cada quien es inteligente en su campo y con firmeza recordó “que inteligente también es el campesino que sabe de las estaciones y que conoce el campo”.
Pidió además a los estudiantes cuidar de nuestra lengua española y mejorar cada día en la ortografía y redacción, “hoy da vergüenza que los estudiantes no sean capaces de redactar”. A nivel espiritual; hizo un llamado a conocer bien a Dios, “ser cristiano no significa saber muchas cosas, sino vivir como Jesús nos enseñó, y eso se sintetiza en ámense los unos a los otros como yo los he amado; propongámonos vivir seriamente el amor y el respeto a los demás, no mintamos, no engañemos, no robemos, no juzguemos, no murmuremos, no hagamos mal, no critiquemos… y tratemos de ser personas que tienen absoluto respeto a las demás personas porque son creados a imagen y semejanza de Dios”. Y agregó, “respetemos, quien practique el bulling es un primitivo” (en el sentido de tener poca cultura); el bulling se vence sólo “aprendiendo a respetar profundamente a cada ser humano que tiene los mismos derechos y la misma dignidad que yo, mientras pensemos que soy superior a alguien o que puedo humillar a alguien, estaremos mal”.
Zona de esperanza y grandes ilusiones:
Posteriormente, en un encuentro con organizaciones del sector, entre ellas: la Asociación de Desarrollo de Altamira-San Isidro, Las Hijas del Sol que son artesanas que producen a partir de elementos del bosque, ASOMOA que lucha por el reciclaje, el cuido del planeta y los proyectos de invernaderos y biogestores, el Comité Agrícola Cantonal cuya misión es estimular la producción del sector y otras organizaciones, presentaron al obispo cada uno desde su realidad la visión que tuvieron como habitantes de la zona, al organizarse tomando conciencia de las riquezas naturales y culturales que poseían y desde ahí buscar respuesta a la crisis promocionándose con actividades sostenibles, arte, tradiciones, turismo y otros.
Luego de conocer todos los proyectos, monseñor recordó que el camino es la unidad, la promoción de la persona y la confianza en Dios; les dijo: “yo espero que todo eso de alguna forma tenga que ver con la construcción del reino de Dios, recuerden que este pueblo se puede levantar económicamente y puede producir todo lo que quiera, pero si no buscamos la conversión del corazón y el cambio de las actitudes y buscamos a Dios, cualquier esfuerzo será vano”, razón por la cual “les invito a crear un sentido de comunidad, porque la meta es un mejoramiento integral y un crecimiento que lleve a ser un mejor pueblo, un pueblo más maduro, más humilde, más unido, más generoso y misericordioso”, precisó Mons. Montero.
No obstante, alabó al pueblo por tanta iniciativa y creatividad, señaló que lo recibe como una gran esperanza, al punto que afirmó sentirse realmente asombrado porque en medio de tanto lamento que escucha en los pueblos, en esta zona ha encontrado soluciones y salidas; sin embargo, en un clima jovial, señaló la enseñanza del dicho “a Dios rogando y con el mazo dando”, recordando que es necesario no olvidar la necesidad de la oración, “porque sin ella por más esfuerzos se terminaría en nada”.
Necesidad de ser una Iglesia misionera:
La corta pero intensa jornada de la Visita Pastoral de Mons. Montero en su cuarto día a la Zona de Potrero Grande, inició con el recorrido por algunas comunidades del Sector de La Lucha, visitando las comunidades de El Jorón, La Lucha y Capri. Al ser las 10:00 am presidió la Eucaristía en La Lucha, lugar donde durante la homilía, el obispo señaló que San Pedro nos recuerda que debemos lanzarnos a la misión, pues éste no dudaba en tomar la iniciativa y hacer las cosas como el Señor lo quería, San Pedro “tenía la gran humildad de aceptar los regaños de Jesús, incluso fue llamado Satanás cuando tentó a Jesús queriéndolo apartar de la cruz, porque le tenía miedo”, en eso nos parecemos mucho a Pedro, porque nos cuesta enfrentar las contrariedades de la vida. Pero San Pedro es un hombre “muy humilde, muy entregado y apasionado por la vida y fue poco a poco creyendo en Jesús”, sin duda fue transformado por la acción del Espíritu, hasta ser un testigo de la fe de manera extraordinaria.
Por su parte, San Pablo nos enseña “que conociendo a Jesucristo es que se transformará nuestra vida”; San Pablo es de los hombres más inteligentes que han existido, de fuerte personalidad y gran seguridad, “camino a Damasco Dios se le aparece y lo tumba al suelo porque era muy orgulloso, creía ser perfecto como buen fariseo, y el Señor le dice hay dos cosas que no conoces, primero no me conoces a mí y luego no conoces lo que es el amor”, esto es una invitación para nosotros, puntualizó el obispo. Al finalizar, pidió orar por el papa y por todos los obispos, al respecto dijo “para que nosotros que junto al papa tenemos esa tarea de ir guiando a la Iglesia, que el Señor nos dé también sabiduría, fortaleza y humildad para cumplir con fidelidad la misión”.
Por último, los agentes expusieron la realidad de sus comunidades, en este encuentro el obispo haciendo alusión al nombre del pueblo, recordó que “todos estamos en la lucha por el Reino”, ante la presencia de comunidades protestantes hizo un llamado a buscar la unidad y vivir en el respeto. Pidió con el Plan, echar a andar un proceso de evangelización que requiere un plan de acción a partir del análisis de la realidad, con miras a que luego se haga su esfuerzo por comunidades.
Terminó haciendo un llamado y solicitó “no descuidar el aspecto de la oración”, la idea es que toda la comunidad participe al menos en la Hora Santa, “es importante que el pueblo se ponga de rodillas, dando gracias, pidiendo y alabando a Dios”, dijo; razón por la cual pidió que en los lugares donde se pueda que esa Hora Santa se extienda a más horas de adoración, ha de ser una prioridad, porque “sin oración, ningún Plan va a servir”.