Las actividades del octavo día de la novena en honor a San Isidro Labrador dieron inicio con la visita a las instalaciones de APACOOP, donde en el sector conocido como El Abejonal se dio la bienvenida protocolaria al Obispo isidreño, por parte de los personeros de esta cooperativa.
Según comentaron, ésta es una cooperativa de servicios múltiples que nació con el propósito de diversificar la producción, generando ingresos a las familias por medio de otras actividades productivas, como lo son: la granadilla, fresas, mora, manzanas, aguacate y otros, teniendo como política un alto porcentaje de participación femenina en pro del bien familiar.
Tras el desayuno, los productores manifestaron su gran preocupación, pues desde hace ya muchos años, políticas gubernamentales y convenios internacionales los sacan del escenario productivo y les dificultan cada día más su comercialización, lo que provoca que en Costa Rica se debilite la soberanía alimentaria y de ahí los nuevos estándares de esclavitud a los que nos vemos sometidos; por esta razón, solicitaron al Obispo orar por sus labores, al tiempo que haga llegar su sentir y voz ante las autoridades del país.
Ahí, el Obispo manifestó a los presentes que le encanta que sean una cooperativa, porque en nuestro tiempo es necesario unirse para el beneficio de todos, se hace necesario pedirle a Dios que esta cooperativa crezca cada día más para el beneficio de todas las familias, y como obispo, se comprometió a llevar este sentir y preocupación ante las autoridades competentes del gobierno, porque defender a los campesinos y productores es un deber de todos.
Otras de las preocupaciones que se generan en la zona, según comentaron los productores, es la brecha generacional, pues muchas veces a las nuevas generaciones no se les motiva a continuar los esfuerzos que se realizan en el campo; además, solicitaron pedir a Dios por buenas condiciones climatológicas que sean propicias para la producción.
De camino a la comunidad de Santa Cruz el Obispo visitó el vivero de APACOOP, donde cuentan con unos 42 mil árboles de aguacate, así como con gran variedad de plantas, entre las que destacan el eucalipto, romero, higo, ciruela, melocotón, y otros.
Camino al lugar donde sería la Eucaristía, el Obispo fue recibido primero por alegres jóvenes que con sus tambores alegraron el ambiente, y posteriormente por un buen número de boyeros que exhibieron sus yuntas y carretas, además de algunos caballistas quienes pasaron frente al templo de la comunidad para recibir la bendición del pastor diocesano.
Previo a la Eucaristía, los salones del templo sirvieron de escenario para la presentación de varios emprendimientos familiares de la zona, quienes mostraron productos como fresa, apio, granadilla, cebollino, culantro, café, arreglos florales, plátano, banano, uchuva, mora, aguacate naranjilla, repostería, dulces y plantas ornamentales que comercializan en distintos puntos locales y ferias del agricultor.
Durante la celebración, Mons. Castro se refirió a los presentes con sentidas palabras: «ustedes tienen productos de calidad, y esto indica que quienes lo producen son personas de calidad, personas extraordinarias; por eso, pido que busquen siempre el bienestar de todos, y que en el contexto de esta novena, San Isidro Labrador se convierta para todos nosotros en ejemplo de honradez, lucha y honestidad, ejemplo de quién cree y ama a Dios. El cristiano en el mundo no puede ser uno más, tiene que ser luz para iluminar y dar vida, y llevar así cosas buenas a los demás y ser persona de bien», indicó.
Al finalizar la celebración se compartió el almuerzo, y posteriormente se visitó en La Cuesta, la finca de José Alberto Fallas, mayor productor de aguacate del país y quien inicia un proceso de comercialización internacional con el deseo de poder abrir nuevos horizontes a otros productores. A esta bendición, Fallas invitó a vecinos, familiares y otros productores, momento que aprovechó para decirle al Obispo: «esto sucede una vez en la vida, su presencia es muy importante para nosotros, he invitado a todos ya que hay mucho por qué agradecer a Dios, agradecer por todo lo que tenemos, Él es quien nos permite vivir y hacer; es cierto que nos aquejan grandes problemas, pero Dios nos permite vivir con dignidad, y yo lo interpreto así, como un momento para agradecer», indicó.