El corazón del nuevo párroco de Golfito, el Pbro. Johnny Mora Ferreto, no ha dejado de latir fuertemente con el deseo de volver a las alejadas tierras que un día visitó, cuando hace más de una década también fue pastor de aquella zona; ahora, tras su paso como formador del Seminario Nacional y director del Curso Introductorio, aceptó con gozo el nombramiento que le hiciera su Obispo para cuidar una vez más las almas de los golfiteños.
Apasionado por los más alejados, apenas se dio la primera oportunidad y luego de hacer varias visitas a otras comunidades de la parroquia, agendó la incursión pastoral hasta la siempre imponente Punta Burica, acompañado de dos agentes de evangelización de la parroquia y del acólito Anthony Cordero, el pasado domingo 21 de abril tras las celebraciones establecidas iniciaron su viaje pernotando en Cuervito, muy de mañana, al ser las 4:30 am del lunes retomaron el camino con la esperanza de llegar hasta Cañas Blancas, pero la lluvia de la zona y las difíciles condiciones del camino hicieron que el vehículo pudiera llegar hasta Los Planes (por Altos de Conte), lugar donde empezaron a caminar y tras una extenuante jornada tras atravesar zonas de lodo y montaña, llegaron a las 5:45 pm a Altos de Guaymí, donde les esperaba un viejo y abierto rancho para dormir”.
Macas o el mismísimo suelo, fueron los lechos de descanso, para disponerse un segundo día de caminata que le llevaría tras unas tres horas a su lugar de destino. Sin titubeos, el sacerdote dice a Radio Sinaí que, “la única presencia católica es en La Peñita, pues la iglesia de La Peña se la llevó el río y no la han reconstruido, y en Punta Burica la presencia es más panameña; por tanto, la idea es hacer el centro de operaciones en el Valle de Burica, mejor conocida como La Peñita, y poder así coordinar la visita del Obispo a ese lugar”.
La alegría por la visita de aquellos mensajeros de Dios es fruto de la poca presencia, los mismos pobladores cuentan que hace “4 meses los dejó de visitar un catequista de Panamá”; información que el Padre Mora recibía con un agridulce sabor, doloroso porque ya éste ha dejado de ser presencia, pero alegría porque mira una luz del cual tomarse para montarse a partir de esa catequesis, y poder así terminar de preparar a los pobladores, que haga posible que el mismo Obispo pueda conceder los sacramentos de iniciación cristiana a quienes así lo pidan”.
La meta de este viaje era llegar a La Peña y La Peñita desde el lado tico, la ruta, como hemos mencionado, se hizo a pie; esta zona tiene dos accesos, por Panamá y por Costa Rica, “por acá, la ruta a pie es muy larga, la hemos realizando en 11 horas de travesía, entre las montañas, es un camino muy resbaloso que eleva las posibilidades de una caída; por eso, para la visita pastoral, el Obispo ingresará por Panamá, por Puerto Armuelles, lo hará en vehículo hasta un lugar distante unas dos horas tan solo a pie de la zona a donde queremos llegar”.
“En estas comunidades de Punta Burica la presencia evangélica es constante, presentando el mismo fenómeno de ser variadas corrientes entre las familias, no constituyéndose una presencia fuerte sino dividida. Al hablar de La Peñita estamos hablando de unas 10 familias, en La Peña hay unas 4 familias católicas; así, algunos católicos al no tener presencia dónde ir, van a las evangélicas pues manifiestan que hace 4 años fue la última vez que un padre panameño ingresó a la zona”, recordó el P. Johnny de lo que lo comentaron los pobladores.
Con gran alegría, al ser consultado sobre la vivencia de la Eucaristía en este reciente viaje, el sacerdote dice: “logramos celebrar la Eucaristía en La Peñita que es la presencia católica, pasamos invitando desde Alto de Guaymi; Bernabé, un señor indígena que nació en la tradición católica fue uno de los que nos acompañó, al no tener dónde acudir él acompaña a la esposa que es evangélica, lo invitamos y llegó a la misa junto a su esposa y su hija, que él desea sea bautizada ante la inminente visita del Obispo”, comentó el párroco de Golfito.
Esta zona que tampoco cuenta con mayor presencia de autoridades civiles más que los comandos policiales en La Peña, algunas escuelas o colegios propiedad del MEP y alguna incursión del Ministerio de Salud sigue pidiendo apoyo y cercanía. “Esta gira la viví con mucha emoción, con mucha esperanza, con mucha ilusión; encontrarnos con un matrimonio que yo había presenciado en el 2009 cuando estuve en la parroquia, fueron ellos quienes nos albergaron, fue para mí una alegría volverlos a encontrar y que perseveren después de casi 14 años, ya los hijos han crecido y la experiencia ha sido muy bonita”, precisó confiado el Padre Johnny.
Tras comentar que se hizo acompañar de agentes catequistas encargados del proceso de formación de adultos, el cura añade, “tendremos que hacer otra misión donde nos quedemos una semana para hacer catequesis, para tener más presencia, porque ellos manifiestan que como no hay presencia de la comunidad cristiana católica pues muy fácilmente se reúnen en otras iglesias evangélicas. La visita, a mí me llenó de mucha alegría, esperanza e ilusión, hay que seguir para adelante, sabemos que no es fácil, pero vale la pena. Por los últimos hay que empezar, estoy muy agradecido con Dios. Me siento limitado, pero Dios es el que sabe. Me llena de ilusión el tema que ellos quieran fortalecer su fe, el tema es hacer presencia”.
Durante la visita a la zona, el Padre Mora Ferreto encontró entre las ruinas de uno de los templos, un deteriorado crucifijo, algo quemado y ciertamente quebrado, “me lo traje para acá, me pareció tan significativo traérmelo, la sensación que me da es que son más de 4 años que no se visita la zona; cuando vi el crucifijo se me vino el grito de Jesús en la cruz: Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado…, fue lo que yo sentí, lo digo con toda transparencia, este Cristo me lo llevo, fue lo que dije inmediatamente. Es un momento de rezar, de ver qué quiere el Señor para mí, fue como un grito del Señor, y estoy en un proceso de interiorizar qué quiere el Señor desde que llegué a Golfito: Señor muéstrame el camino, muéstrame el camino, muéstrame el camino”, precisó el sacerdote.
Y agrega, “al ver todo esto allá, la sensación fue el abandono, pero también el tema de la esperanza: Padre en tus manos encomiendo mi espíritu, exhala y duerme en los brazos del Padre; pero ahorita sí, estoy en un momento de rezar, de interiorizar más”. Y como pastor, nos comentó que en una de las cosas que piensa es en el mismo camino, cómo han pasado los años y a pesar de que se dice que hay camino, no es cierto, pues hay un momento en que es intransitable y el tema es por qué no se ha logrado terminar si no es tan difícil, “creo que sí se podría llevar a cabo el proyecto, pero quizás no es de mucha ganancia o son temas políticos, no sé; pero toda la gente anhela esa trocha, y ésta haría que esas zonas pudieran sobrevivir porque ellos producen maíz, frijoles, y con ese camino podrían salir fácilmente a Neily”.
El Padre Johnny Mora reflexionaba así, cómo Punta Burica merece estar conectada con el resto del país, “eso también me dolía, es la parroquia, es parte de la parroquia y están desconectados, ellos la pulsean sea como sea; ahí, hay un grito por parte de las comunidades y por parte del Señor, un grito que implica que hay que hacer algo, y no sé qué; por el momento, presencia, y creo que es significativo que monseñor vaya, es una realidad muy sencilla y pobre, y la presencia católica muy pequeña. Incluso preguntaron ¿Qué es un Obispo?”