Luis Fernando Aguilar Canales y keylin Denís Cubillo Villagra, es un joven y comprometido matrimonio vecino de Filadelfia Guanacaste, quienes tras conocerse en el servicio parroquial del canto en la Parroquia de Santiago y tras casi tres años de noviazgo, recibieron la bendición matrimonial por medio de Mons. Victorino Giraldi Stellin, el 11 de diciembre del 2010.
El matrimonio Aguilar Cubillo nos cuenta que, en su vida parroquial, han experimentado la romería con un espíritu de particular servicio, colaborando en la dimensión logística de hacer propicio que muchos parroquianos puedan vivir esta experiencia del camino con un claro sentido; donde cada año es diferente, como recuerda Keilyn: “por ejemplo, lo fue el año de la Misericordia o el año pasado en ofrecimiento por la Vida y la Familia según el plan de Dios».
Y en este darle sentido, Luis y Keilyn no pueden olvidar a la juventud, ambos como educadores del MEP, quieren darle un especial sentido a la importancia de saber caminar acompañando al joven en su realidad. Para Luis Fernando Aguilar, “este es uno de los retos más grandes, el poder acompañar a los jóvenes en el camino de la vida…, una de las grandes necesidades que tienen los jóvenes es precisamente sentirse acompañados, no solamente guiados por alguien que le dice qué hacer o cómo actuar, sino de alguien que sepa comprenderlos y acercarse a ellos».
Ante esta nueva romería, de saber caminar acompañando, Luis precisa que se hace urgente adaptarnos a las nuevas circunstancias y saber que el educador “tiene que ir más allá de la transmisión de un conocimiento, tiene que estar acompañado de valores y de un aprendizaje realmente significativo, donde la experiencia de vida del docente, su testimonio, es parte importantísima de ese proceso de aprendizaje… Que el estudiante pueda ver que también está reflejado en mi vida, su misma vida es una enseñanza, tiene que ser un testimonio», precisó.
Para lograr esta experiencia de camino junto al estudiante, el docente requiere “escuchar al estudiante, comprender y conocer cuáles son sus necesidades, sus sueños, sus anhelos y sus metas, porque siempre detrás de una actitud que tiene un estudiante, detrás de una manifestación de su carácter o de sus sentimientos hay una historia, no podemos olvidar nunca que estamos tratando con personas, con chicos que tienen historias de vida particular, con chicos que tienen heridas muy grandes y muy profundas, y que necesitan hoy de nosotros para acompañarles, que necesitan lo que yo llamaría una pedagogía de la ternura. Donde realmente transformemos la educación, donde realmente podamos llegar al corazón. Hemos llegado a la mente y la razón, es momento de llegar al corazón de las personas», aconsejó Aguilar Canales a los docentes desde su misma experiencia de vida.
Así mismo, manifiesta Keilyn Cubillo, que para acompañar estos jóvenes desde la Iglesia es preciso escucharlos, “sabemos que ahora y en muchas dinámicas familiares no se da esto entre padres e hijos, no hay una comunicación tan fluida y tan abierta; entonces, la Iglesia debe escucharlos, escucharlos para entenderlos… Escuchar sus gustos y sus aficiones para poder también saber por dónde enrumbar todo este plan de evangelización que tiene la Iglesia… Estoy convencida que la fe hay que proponerla, hay que enamorar a los muchachos y no imponerles la fe».
Ante esta pandemia que se vive, y ante el drama social y económico que atraviesa la nación, el mensaje de este matrimonio de educadores es de estar cerca de los jóvenes, caminando y acompañando su vida y su realidad. Por eso, se hace necesario escuchar y acompañar, «pero realmente acompañarlos y escucharlos, no hasta con acciones aisladas… se necesita sentir que alguien aparte de sus familias piensa en ellos, que alguien aparte de sus familias está pidiéndole a Dios para que ellos estén bien, que se sientan acompañados y se sientan acogidos, acuerpados, abrazados y amados por una Iglesia que está viva».
Por eso, el mensaje final del profe Luis Fernando Aguilar Canales es que, “tengamos esperanza, pero no como una palabra vacía o que se repite, sino una esperanza como dice la Escritura que no defrauda, que está llena de amor, de fe, de compromiso, de entrega, de confianza plena y absoluta en Dios de que vamos a seguir adelante, de que estas cosas nos van a ayudar a ser mejores personas”. Palabras respaldadas por su esposa, también profesora, Keilyn Cubillo Villagra, quien hizo un llamado a los jóvenes a que “confíen que Dios nos va a sacar a todos adelante de esta situación, que quizá es muy difícil entregarse completamente, tener esa fe y convicción absoluta; pero, eso se logra desde la oración, y no crean que oraciones solamente es rezar el rosario o rezar un Padre Nuestro, oración también es estar en su habitación, cerrar los ojos y contarle a Dios cómo estás», finalizó.