La Visita Pastoral realizada por Mons. Juan Miguel Castro Rojas a la Parroquia San Pablo Apóstol en San Pablo de León Cortés del 08 al 14 de abril del 2024, constituyó una oportunidad preciada de compartir fraterno y vida pastoral para el quinto obispo titular de San Isidro; por tanto, en esta nota hacemos un recorrido por las principales actividades que desarrolló, sus impresiones, así como los retos pastorales y luces identificadas en pro de la evangelización.
Parroquia eucarística, modelo para otras regiones:
Según comentó el prelado, «fue una experiencia maravillosa, el marco de una parroquia que adora a Jesús desde hace 15 años, es ocasión propicia para animar a seguir adelante y a que haya más adoradores eucarísticos; para ello, han de enamorarse, para que la Eucaristía sea así centro de todo cristiano. Sin duda, disfruté mucho viendo a tanta gente adorando a Jesús, días en que tuve la oportunidad también de compartir con todos ustedes».
Servidores del pueblo desde el gobierno local:
Una de las actividades propias de esta visita fue el encuentro con las autoridades civiles, al respecto el Obispo precisó: «con mi visita a la Municipalidad, y los encuentros tenidos tanto con los servidores salientes como entrantes, hice ver que siempre se tienen las mejores intenciones de servir en y para una comunidad, y será la historia y la comunidad quienes valorarán el día de mañana todo el trabajo realizado; por ello, animé también a servir con alegría y con amor, de la mejor manera, pensando siempre en el pueblo, porque ellos eran los escogidos por el pueblo para para servir al pueblo».
Pueblo de gente sencilla y trabajadora:
Por sus raíces campesinas, como se ha presentado al pueblo desde su llegada al Sur, el Obispo también se encontró con pobladores campesinos de León Cortés, «tuve la oportunidad de estar con un grupo de campesinos, trabajadores del sector agro, gente muy valiosa, sencilla y honesta, rectos trabajadores, gente muy linda a quienes animé porque están pasando por momentos difíciles; el agro, y de forma particular los productores de café, debido a los insumos tan caros y precios tan malos que se presentaron en esta cosecha recién pasada. Los animé a seguir adelante, a esperar en Dios que la próxima cosecha sea de mucha bendición para todos», puntualizó Mons. Juan Miguel.
Y refiriéndose a los pobladores de Santa Juana, dijo: «ejemplo de esta gente sencilla y de gran testimonio de fe es la comunidad de Santa Juana, comunidad muy linda, campesina de gente sencilla que deja todo para ir a Misa, así lo dicen los padres; no importa el día ni la hora, el día y la hora que sea ahí llegan. Es gente muy valiosa y me sentí muy a gusto con ellos».
Niños y jóvenes futuro y presente:
Preocupado por el presente y futuro de los pueblos, Mons. Castro dedicó parte de su gira para visitar centros educativos y mantener encuentros de carácter fraterno y espiritual con jóvenes, «con la visita a la escuela y al colegio de San Pablo centro, quise fortalecer con la bendición el caminar de los educadores y trabajadores de estos centros educativos; al estudiantado infantil les hice ver que serán el futuro, de ahí que tenían que respetar a los educadores y a los padres de familia, escucharlos y atenderlos, ser responsables en todas sus tareas y estudios, para que sean buenos pero muy buenos estudiantes», precisó.
«A los estudiantes del colegio les hice ver que hoy el mundo tiene puesta la mirada en ellos, es preciso que se cuiden mucho de las drogas, flagelo que ha llegado a todos los lugares, que se cuidaran porque destruye las vidas y las familias. Sean buenas personas, y el día mañana muy buenos profesionales, tengan a Dios como centro, pues es el único que les va a ayudar y a fortalecer en su caminar», acotó el mitrado.
En otro momento, a los jóvenes que asistieron al encuentro vocacional, «se les infundió la Palabra, compartiéndoles la necesidad de descubrir la vocación para poder responderle a Dios, ya sea como matrimonios, como solteros o como consagrados, pero que todos estamos llamados a responderle a Dios de la mejor manera», y al grupo de confirmados, «les hice ver que, a partir de este momento que recibían el Sacramento de la Confirmación se les consideraba adultos en la fe, compromiso muy serio, y que, como adultos en la fe, tenían que ser testimonio de una vida cristiana en rectitud, en fidelidad y en santidad», señaló el Obispo sureño.
Agentes de evangelización riqueza parroquial:
«Riqueza inmensa en la parroquia la gran cantidad de agentes de evangelización en todas las comunidades, a quienes recordé la importancia de estar trabajando en unidad con los sacerdotes, sin adueñarse de puestos sino considerándolos servicios que realizan siempre con mucho amor y para el bien de la comunidad», exhortó la autoridad eclesial de la Diócesis de San Isidro.
A modo de conclusión:
En el informe entregado a los sacerdotes de la Parroquia San Pablo Apóstol, el Obispo concluye:
- «Agradecimiento profundo al Padre Ricardo Segura Godoy y al Padre William Rodríguez León por la misión de evangelización que realizan; ellos dos, hacen muy buen equipo, se involucran mucho con la comunidad, son muy aceptados y la gente los quiere mucho. Oré mucho por ustedes para que Dios los fortalezca y acompañe en todo momento».
- «Son ustedes, una parroquia de gente linda que tienen el grave compromiso como adoradores eucarísticos, hermanos mayores a nivel nacional que han de ser testigos de cómo están enamorados de Jesús; por tanto, han de seguir trabajando por tener a Jesucristo en el centro, superando aquellos signos de muerte presentes en la comunidad y dando cabida a los signos de vida y de luz. Para ello, es preciso no contentarse sólo con la misa dominical, sino participar también de las misas entre semana».
- «A los jóvenes, es preciso que lleven un mensaje de esperanza y valoren mucho la vida, cuidándose de todos los signos de muerte que hay alrededor; la invitación es a enamorarse cada día más de Dios y de la oración para poder ser testigos del Señor».
Mons. Juan Miguel Castro Rojas, V Obispo de la Diócesis de San Isidro, concluyó esta Visita Pastoral, pidiendo el auxilio divino para este pueblo, y agradeció profundamente a esta comunidad parroquial de San Pablo por su acogida, por su generosidad y cercanía, por tantas cosas importantes que le hicieron sentir y valorar, donde aprendió mucho en esos días.