Este 28 de marzo, con ocasión de la Misa Crismal, celebración propia del Jueves Santo en la cual el Obispo bendice y consagra los óleos sagrados; también, se celebró el primer jubileo, esto en el marco del 70 Aniversario Diocesano, esta celebración, fue dedicada a los sacerdotes.
La celebración, contó con gran participación de fieles laicos representativos de todas las regiones diocesanas, así como también con la presencia de algunas expresiones de vida consagrada; sin olvidar, el gran número de sacerdotes diocesanos y religiosos, propios y foráneos, que sirven en nuestra Iglesia con tanta entrega y convicción, y que durante esta semana llevan esperanza en nombre de Dios.
Mons. Juan Miguel Castro Rojas, Obispo Diocesano, durante la homilía reconoció públicamente lo antes descrito, al decir: “un abrazo para cada uno de ustedes, mis más fieles y cercanos colaboradores en la tarea de la evangelización de nuestra diócesis, los presbíteros y diáconos, venidos de todos los rincones de esta Diócesis”.
Y dirigiéndose a los sacerdotes, les dijo: “Somos llamados a ser profetas […] Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos y a los prisioneros la libertad. Es ungido con óleo sagrado, para que la mano de Dios esté siempre con él y su brazo lo haga valeroso”.
En otras palabras, insistió el prelado, “somos dispensadores de la gracia divina a favor del pueblo santo de Dios […] Al renovar las promesas sacerdotales, recuerden el día de su ordenación presbiteral y piensen que hoy se les propone continuar el itinerario con la motivación de construir una Iglesia sinodal y en salida”.
Y dejándose guiar por las preguntas del escrutinio propuesto en el rito de Ordenación Sacerdotal, el Obispo exhortó a la meditación y a la fidelidad en el ministerio. “Nuestro Dios es bueno y nos llamó a la vida sacerdotal. Miró nuestro interior y pensó que podríamos colaborar con la misión encomendada a la Iglesia de anunciarlo por todo el mundo”, precisó el prelado.
Ante la interrogante “¿Quieren unirse más al Señor renunciando a nuestros intereses […]”, el Obispo señaló que es preciso “mirar al crucificado en el Santísimo Sacramento del Altar y de rodillas, en oración profunda decirle: ¿Aquí estoy para hacer tu voluntad? El seguimiento del Señor en la vida sacerdotal no es fácil. Ustedes lo saben y lo viven todos los días. Por eso, en comunión con la Iglesia, todos deben de orar por los sacerdotes”.
“La vida sacerdotal es para servir y no ser servidos, tal y como lo afirma el Señor”, razón por la cual, el prelado recordó la importancia de mantener la devoción y celo apostólico en la Iglesia que ha de ser sinodal y en salida.
Así, en el marco del 70 Aniversario de la Diócesis de San Isidro, celebración que conmemora la gran noticia del 19 de agosto de 1954 cuando fuimos creados como Iglesia Particular, los sacerdotes del Sur del país, vivieron su Jubileo Diocesano, y quedamos a las puertas de próximamente vivir el Jubileo de la Vida Consagrada.