Este viernes 01 de noviembre los fieles católicos de las parroquias de Santa María de Dota, San Pablo de León Cortés y San Marcos de Tarrazú, jurisdicciones ubicados en la tradicional y conocida zona de Los Santos, han vivido el jubileo de la Vicaría de los Santos con motivo del 70 aniversario de la Diócesis de San Isidro.
Para esta ocasión, los feligreses fueron convocados en el templo parroquial de San Marcos Evangelista, lugar donde se tuvo una jornada de reconciliación con la participación de los sacerdotes de la zona y del obispo de la Diócesis de San Isidro, liturgia penitencial a la que se dieron cita cientos de fieles que no hicieron esperar su participación, a pesar de la copiosa lluvia que acompañó dicha jornada.
Cabe destacar de esta celebración jubilar, la participación de un gran número de niños y algunos adultos quienes se vistieron de su santo preferido o a quien son devotos, lo cual llenó de color, alegría y esperanza la celebración, recordándonos a todos los presentes que la santidad es una llamada a la que debemos responder desde el Bautismo; razón por la cual, el Obispo recalcó la importancia de saber vivir auténticamente esta celebración, y como cristianos fomentar la participación y la toma de conciencia en la llamada a la santidad, y la no participación a otras actividades de disfraces que la sociedad propone.
Durante la homilía el obispo Juan Miguel, precisó: “estamos llamados a hacer santos, hemos escuchado en la primera lectura del libro del Apocalipsis la invitación a llevar una vida de rectitud desde ya […], estamos llamados en este momento a trabajar constantemente para llevar esa presencia de Dios a los demás, estamos llamados a llevar la misión, a que muchos conozcan al Señor […] Todos estamos llamados a poder transparentar ante los demás esta presencia viva del Señor”.
Las bienaventuranzas, “vienen a hacer una guía muy especial en este caminar, si realmente queremos ser fieles a nuestro Dios, debemos vivir cada una de estas invitaciones que el Señor nos hace, estamos invitados a poder tener un corazón limpio […] estamos invitados a hacer puros, estamos invitados a ser rectos, estamos invitados a llevar un corazón sencillo, un corazón lleno de amor, un corazón lleno de perdón, un corazón siempre abierto y dispuesto para que sea el Señor quien lo venga a transformar, un corazón convertido que nos haga transparentar en todo momento esa presencia viva de nuestro Dios”, indicó el prelado.
Y añadió: “hermanos, en nuestra oración pidámosle con humildad a nuestro Dios que nos haga santos; no temamos, digámosle al Señor, gritémosle como lo hizo aquel hombre del domingo, el ciego Bartimeo. Gritémosle al Señor: Jesús, hijo de David, ten compasión de mí. Digámosle: Señor, quiero ser santo, quiero ser santa, transforma mi vida, transforma mi corazón, apártame de las tentaciones, apártame del mal, ayúdame hacer una persona de bien, saca de mi corazón aquellas cosas que no me acercan a ti, y aquellas cosas que me están alejando de mi prójimo, de mis hermanos, aléjame de todo lo malo”.
Este jubileo tenía también programado una procesión con los santos patronos por las principales vías de la ciudad de San Marcos; no obstante, ésta no se realizó debido a la imperiosa lluvia que se presentaba durante la actividad. Así, la Vicaría de los Santos se convirtió en la quinta, y por tanto la penúltima vicaría, en unirse a los 70 años de vida diocesana.