El Padre Ángel Manuel Brenes Elizondo, conocido por muchos como el Padre Manolo, es un porteño de sepa que no oculta sus raíces y muestra con alegría la realización de ser un sacerdote entregado por los más pobres entre los pobres. Con casi trece años de ejercicio sacerdotal, el Padre Manuel ha entregado su vida en la última década como párroco de la comunidad parroquial de Pueblo Nuevo en Parrita, una región que vive entre limitaciones y esperanzas.
Para el Padre Manuel, la devoción a la Virgen María nace gracias a su madre de crianza, quien siempre le inculcó la importancia de rezar, y aunque no muy devotos, a pesar de criarse solo, siempre le hizo ver la importancia de orar con el rosario. “Siempre ella me decía que aprovechara al menos rezar en los novenarios, aunque fuera en silencio. Ella me decía de la romería, me decía que era sacar un rato para Dios, en medio de la Virgen María”, recordó este feliz porteño.
Con su particular espontaneidad y llaneza, el Padre Manuel comenta que, gracias a esas bases religiosas, donde incluso recuerda precisamente su viaje de niño a la Basílica, hacen que con el paso de los años también la romería sea parte de su experiencia de fe, así terminará peregrinando en sus años de formación, y más tarde como presbítero, acompañando a los fieles en lo que, para él, es todo un campo de evangelización y de ahí su importancia.
“Tengo 10 años (de caminar a Las Vegas, comunidad de la parroquia), pero este año no voy a peregrinar por la pandemia… Para mí significa mucho, primero acompañar los fieles, uno es parte de la Iglesia, y María es Madre de la Iglesia; entonces, con María peregrinamos y es como no dejar a los fieles caminar solos. Para mí como presbítero, yo siempre acompaño a la comunidad que peregrina a ese pueblo, ahí en medio de ellos llego bien arreado, me meto a una casa, me prestan el baño, y a la misa; para darle ese sentido de que el padre debe peregrinar. Para mí significa muchísimo, ese muchísimo es que, como ordenado sacerdote, María la Virgen, está a la par de mí. ¿Qué haríamos nosotros sin la Virgen María?, precisó el Padre Manuel.
Entonces, ante esta pandemia, “acompaño y escucho a los fieles, los fieles ya empezaron la romería; y puedo decir que, empezaron la romería cuando empezaron las situaciones difíciles, y que no han acabado”, precisó el sacerdote. En las misas, “yo les digo: paciencia… La gente me comenta, estamos preocupados… qué vamos a hacer económicamente… todo está difícil; entonces, la romería ahora hay que darle un tinte espiritual… El evangelio hay que bajarlo a la realidad de hoy… Caminemos con el Evangelio, tú tienes internet, tú tienes por lo menos alguito de tecnología, que el Evangelio del día te ayude mucho”, acotó Brenes Elizondo.
Aunque no niega que pide a Dios para que esta pandemia acabe, el Padre Manuel también tiene un mensaje muy real y muy humano para todos los fieles. “Ahora, hay que vivir en medio de ella, Dios sabrá el momento, esto es como la tentación de Satanás con Jesús en el desierto ¿Jesús qué tuvo que hacer? Paciencia, pero no cayó. Igual nosotros, le digo yo a la gente, no caigamos. El maligno ahorita ahí está, ahí está a la par con esta pandemia, y es como el trigo del Evangelio del domingo pasado: el trigo y la cizaña. ¿Cuál es la cizaña hoy? La pandemia. Se nos metió en medio de la casa, en medio del trigo, en medio de las situaciones, que de un momento a otro sembró el enemigo”.
Así, en medio de esta situación, y para enfrentar las situaciones que se avecinan, “ahorremos, ahorremos. Ahora sí, nos hace falta el arroz y los frijoles, chiquito, niño, joven, yo que estoy en el colegio, que le doy clases a los colegiales: papito, no bote, no gaste celular en otras cosas, ahora ocupe el celular para estudiar. La pandemia va a seguir, con las medidas que hay que tomar; pero, ahorra tu tiempo, come arroz y frijoles, aprovecha, ahorra, ahorra dinerito, no sabemos mañana si vendrán otras epidemias”, acotó el sacerdote y educador.
A los romeros envió un mensaje: “¿Cuánto lo has hecho por amor?… ¿Cuántas veces ha ido a misa en todo el año? O ahora, ¿estás participando en la misa a través de los medios? El día que lo volvamos a hacer, hagámoslo por amor a esas personas que hoy están sufriendo hambre en el mundo entero, por el Covid no puedes caminar, pero si puedes caminar con Cristo en el Evangelio y pedir a Dios por esas personas necesitadas, tenga paciencia, motive, ora y camina con el Evangelio”, finalizó este sacerdote porteño.