El pasado martes 14 de junio, el Pbro. Johnny Leiva Gamboa, cura párroco de la Parroquia Inmaculada Concepción en Rivas, organizó junto a los agentes de evangelización de esta parroquia un sentido homenaje a la Sra. Flora Salas Méndez quien, por casi 42 años, laboró para las Temporalidades de la Diócesis de San Isidro.
Hablar de Florita, como se le conoce de cariño, es pensar en esa persona siempre servicial, activa y alegre que ha atendido a cientos de miles de personas, primero en la Catedral de San Isidro y luego en la Parroquia de Rivas. “Inicié porque una amistad me recomendó con el Padre Julio Rodríguez, que fue mi primer párroco y patrón, él le dijo que yo acababa de salir del colegio, y el Padre Julio me dio el trabajito”, remembró Florita con sana nostalgia, y una mirada que parecía revivir aquellos años.
“Esta Iglesia Particular es mi familia, lo digo de todo corazón; yo inicié soltera, me casé y tuve mis tres hijos; esas batallas de que corre para acá, pasen a la oficina, que mi mamá se los llevaba, de verdad que somos una familia. Sinceramente, los llevo en el corazón, porque son muchos, muchos años compartidos con muchos sacerdotes”, agregó Salas Méndez al comentar sobre sus años de servicio.
En entrevista para Radio Sinaí 103.9 FM, Florita no dudó en reconocer la delicada e importante función que se realiza en la secretaría parroquial, “es de mucha entrega, hay que hacer de todo, cada persona es diferente, pero a mí me llena atender a la gente y al párroco también, pues además del trabajo cotidiano y normal de sacar constancias y citas, uno también es secretaria personal del sacerdote, quien le lleva su agenda, quien le recuerda los compromisos”, precisó.
Durante el homenaje, que contó con la celebración de la Eucaristía y una cena con mariachi que alegró la noche; el Pbro. Elí Quirós López quien representó a las Temporalidades de la Diócesis de San Isidro como Apoderado y Canciller, en la homilía dijo: “hoy nos hemos reunido para agradecer a Dios el don de la vida y el servicio ejemplar de Florita, su vida de servicio por tantos años en la Iglesia desde una oficina parroquial y desde los distintos dones puestos como ofrenda a Dios y al pueblo, son ejemplo para todos nosotros de aquél que sintiéndose frágil ha sabido confiar su vida en Dios, de aquél que sabe caminar abandonándose en la misericordia divina, y de mirar el rostro de Dios en cada hermano al que sirvió con alegría desde un escritorio parroquial”.
Y agregó: “Florita, gracias por todo; gracias por las veces que con su alegría nos ha contagiado, y con tu sacrificio nos ha dicho que vale la pena amar como Jesús nos lo pide. Como creyentes, y con la celebración eucarística, queremos dar gracias a Dios por ti. Depositamos toda tu vida en el altar, agradecemos por tu testimonio y le pedimos al Señor te conceda mucha salud y vida”.
En Radio Sinaí, quisimos finalmente, pedirle a Florita nos compartiera un mensaje, palabras que nos describieran lo que significa para ella esta vida de servicio y entrega, así como un mensaje para los muchos colegas que, en distintas oficinas parroquiales, ejercen este mismo servicio. Al respecto, nos dijo: “primero, siempre Dios adelante, la misión que Dios nos ha dado a los secretarios y secretarias es en Temporalidades, casi nada, en la Iglesia; yo recuerdo que mi mamá y mi abuelita nos educaron en la fe, nos enseñaron a servir en la Iglesia, entonces amor a la Iglesia y amor a los hermanos. El amor lo vence todo. Así podemos salir adelante. En el trabajo hay cosas buenas y no tan buenas, pero hay más cosas buenas en la vida y en lo de ser secretaria. Yo me lo llevo todo en mi corazón, muchas alegrías. Me queda mucha satisfacción de haber servido con el granito de arena que pude dar”, puntualizó.