Este sábado 20 de mayo, cerca de mil jóvenes se dieron cita en Cedes Don Bosco ubicado en Alajuelita, y por medio de la música mostraron su amor a Jesús Eucaristía y a la Iglesia católica. Ahí vimos a la Iglesia católica joven, dinámica y muy viva, esa Iglesia que hoy muchos quisieran ver muerta o agonizante, pero nos sabemos vencedores porque Cristo está resucitado.
A eso de las 3:00 pm, valientes guerreros empezaron a ubicarse en los lugares destinados para disfrutar de esta jornada de bendición; con un atraso de casi una hora, las palabras de bienvenida se dieron al ser las 5:00 pm, dando paso a la animación que produjo la reacción inmediata de los presentes que se hicieron sentir con sus palmas y gritos de júbilo.
La apertura del evento estuvo a cargo del dúo Dos y Él, que con su música fue calentando el ambiente, el oscuro gimnasio de la casa juvenil era impactado por los multicolores rayos que engalanaban el escenario. Durante este espacio, se invocó la presencia del Espíritu Santo con la intensión «que inundara cada ser», y con el canto de la secuencia de Pentecostés la juventud entró en un verdadero espíritu de oración; momento sublime fue el mirar a los jóvenes inmersos en actitud orante, al tiempo que recibían la gracia divina.
Minutos después de las 7 de la noche, Athenas Venica hizo arribo al escenario que explotó de gozo con los temas juveniles de evangelización. Al paso de las interpretaciones, el esposo de Athenas fue el primero en hacer un llamado a dejar que Jesús actúe en el corazón y hacer de esta noche un momento de encuentro con él.
Por su parte, Athenas antes de interpretar el quinto tema de la noche «Siempre te amaré «, recordó que un sacerdote en una ocasion les dijo: «la sed de amor que hay en el corazón de cada persona y que aveces esperamos sea llenado por las personas y que otros ponen como esperanza el trabajo y en proyectos, el único que es capaz de llenar con ese amor ilimitado es Jesus».
Minutos antes de las 8:00 pm llegó el gran invitado de la noche, Jesús Eucaristía ingresó por el segundo nivel de este gimnasio y llevado en las manos de un joven diácono se desplazó hasta la tarima principal mientras se dirigía una oración, aquel fue un momento de unción, y en la plegaria se recordó la gran urgencia de saber entregarle a Jesús la vida completa y sinceramente decirle: Jesús yo confío en ti.
Finalmente, puedo decir que fue una noche llena de Dios, mirar cómo tres jóvenes dirigían una oración sincera ante Jesús y como casi mil almas de rodillas adoraban al Rey de reyes, al Dios vivo, al Dios que nos ha redimido, es sin duda un oasis de esperanza en medio de un mundo que pregona muchas veces lo contrario; esta noche fue testiga, como aquella de la resurrección de Cristo, de que la Iglesia esta viva y que en los jóvenes hay fe y esperanza para el mundo porque llevan a Jesús en su corazón. Signo de esto fue aquel coro unísono que alababa a Dios pidiendo misericordia por los presentes y ausentes, diciendo: «si tú lo quieres Señor puedes sanarme, porque tú tienes el poder para sanarme»…, y por más de una hora aclamaron felices a Jesús; pero si algo impactó fue cuando los jóvenes hicieron una alabanza de palmas por más de cinco minutos luego de la bendición con el Santísimo y durante toda su despedida…