Este sábado 16 de julio, al ser las 9:00 am dio inicio la celebración del Día Diocesano de la Juventud, razón por la cual un nutrido grupo de jóvenes se congregaron en la Catedral de San Isidro de El General para manifestar la fe por medio de la expresión alegre del canto y la participación activa en las distintas actividades que se desarrollaron.
Jóvenes que peregrinaron por las principales vías de la ciudad mientras evangelizaban con su presencia y sus cantos, fueron los grupos del Centro Don Bosco, quienes marcaron la experiencia con esta singular participación. Así, al llegar a la Catedral, la animación a cargo del joven Andrés Obando Villanueva, fue introduciendo a los jóvenes en el clima festivo, para agradecer a Dios por su misericordia y poder así experimentar la gracia por medio de la indulgencia plenaria al pasar la Puerta Santa en el contexto del Año Jubilar de San Isidro Labrador.
Durante la homilía, Mons. Juan Miguel Castro Rojas, Obispo de San Isidro, recordó a los jóvenes claves necesarias para ser auténticos cristianos: “el cristiano está llamado a ser mariano, porque María es nuestra madre, y en ella encontramos el consuelo, la maternidad, la humildad, la sencillez, el amor, la fe, el silencio, la entrega y la bondad admirable; tiene que ser modelo muy especial, de esos modelos de los que verdaderamente debemos imitar, porque nos llena de vida y esperanza y con los que realmente somos felices; no olviden todos los días volver la mirada a ella, porque siempre les va a atender”, precisó.
Y prosiguió, “donde está la madre está el Hijo; el otro elemento importante es ser eucarístico, el cristiano católico debe ser eucarístico, está llamado a amar a Jesús Eucaristía y abandonarse en aquél que nos fortalece y nos llena de las gracias especiales para enfrentar el día a día y todos los obstáculos que se nos pueden presentar, ante su presencia nos fortalecemos, por eso participemos diaria y devotamente; si se sienten tentados ahí encontrarán la fuerza para vencerlas, si están desanimados ahí tendrán fuerza para continuar en la vida, si están tristes Él es la fuerza para estar alegres y transmitirlo a los demás”.
Andrés Obando Villanueva, joven comprometido y evangelizador por medio de las redes sociales, en entrevista a Radio Sinaí 103.9 FM señaló que esta oportunidad sirve “para volver a mover los grupos juveniles, pues la pandemia ha afectado mucho la espiritualidad, el mundo les ha ofrecido muchas cosas, y entonces ahora es importantísimo avivar esa cercanía con la Iglesia, con nuestros sacerdotes, y ver que no es una Iglesia encerrada sino que sale y empieza a evangelizar de muchas maneras, porque los jóvenes están sedientos y debemos ofrecerles esa identidad cristiana”.
Entre los jóvenes que participaron de la actividad se encontraba Daniela Hernández de la Parroquia San Juan Pablo II, quien comentó que “éste es un llamado de Dios para acercarnos a Él, ya que hoy en día muchos jóvenes se partan de la Iglesia y de la unión con la Pastoral, me parece muy importante para acercarnos a Él pues tras la pandemia esto se convierte en una señal, durante estos dos años me aparté de Dios, me alejé, y esto es una señal de Dios que me dice acércate que te tengo un propósito, colaborando y ayudando en la parroquia, incentivando a la juventud a ser personas llenas de Dios”.
La actividad contó con presentaciones artísticas desarrolladas por los mismos jóvenes, así como un concierto de cierre con Tony Guido y la presencia de Jesús Eucaristía para el momento de oración y adoración. El Diác. Santiago Durán Castro, Delegado Episcopal para la Juventud, precisó: “la celebración del mes de la juventud es un acontecimiento que reúne a los jóvenes en un solo sentimiento de fe y esperanza en Dios, con mucha esperanza e ilusión esta actividad marca el inicio de un proyecto y esfuerzos por acompañar los procesos juveniles en nuestra Diócesis, sin duda la acción de Dios en medio de su Iglesia y en el corazón de la juventud sigue estando muy presente; personalmente, acompañar este proyecto me llena de ilusión y esperanza, pues yo mismo en otra época asistí a los grupos juveniles en mi parroquia y recuerdo cuán importante era el compartir en este tipo de actividades diocesanas”.