La tercera jornada de la visita pastoral que realiza Mons. Juan Miguel Castro Rojas en la Parroquia Santa Marta de Ciudad Neily inició tras el desayuno en el Convento San Nicolás de Tolentino, con la visita al Hospital de esta ciudad sureña, ocasión que aprovechó el prelado para saludar al personal de este centro médico y orar por los enfermos.
Posteriormente, dedicaron tiempo para visitar algunas comunidades entre las que destacan los poblados de Caracol de la Vaca y Santa Rosa, según la agenda pactada, viajes que aprovecharon también para visitar familias, orar por ellas y escucharles en medio de sus luchas diarias.
Ya en la comunidad de Santa Rosa, poblado distante ubicado a unas dos horas del centro parroquial, procedieron a celebrar la Eucaristía donde también se administró el Sacramento del Bautismo a un niño, y donde luego se organizó una noche de oración y alabanza que marcó la reapertura de esta humilde comunidad que ha visto remozada su capilla con la ayuda de todos, según trascendió.
Según comentó Ekar Ureña Rojas, encargado de comunicación de esta parroquia, «la actividad estuvo muy amena, los lugareños se mostraron muy contentos y agradecidos por la visita de Monseñor y los sacerdotes, así como por el acompañamiento de las distintas filiales de la Parroquia». Lo anterior, provocó que también el Obispo agradeciera la acogida y se manifestara asombrado de ver el apoyo mostrado por las diferentes comunidades; por tanto, instó a seguir apoyando, tanto a los frailes, como a las diferentes comunidades.
Durante la Eucaristía que presidió el prelado, “en su mensaje instó a volver a encender la esperanza y la luz” recordó el P. Enrique Pinto, vicario parroquial; quien también manifestó que el obispo se sintió muy contento de visitar esta comunidad, puesto que, para Monseñor, “la entrega a estos lugares de misión fortalece su vocación, y el llamado que el Señor le hace, como dice el Evangelio de hoy, ser un escogido por Dios. Su reflexión llamaba a la unidad, al encuentro, al rezar juntos, a no estar solos, y buscar a Dios en todo momento”, precisó el sacerdote panameño.
La actividad del día terminó con una tarde-noche de adoración eucarística, donde con cantos y oraciones, se pudo hacer manifestación de la fe, frente al mismo Jesús, presente en medio de este pequeño y ferviente pueblo que se vistió hoy de fiesta por la experiencia vivida.