La Visita Pastoral realizada por Mons. Juan Miguel Castro Rojas a la Parroquia Santa Marta en Ciudad Neily del 17 al 23 de enero del 2024, constituye un hito histórico, al ser la primera experiencia del V Obispo titular de San Isidro; por tanto, hacemos un recorrido por las principales actividades desarrolladas, las impresiones que éstas dejaron en la visión del prelado, los retos pastorales y las luces en pro de la evangelización.
Cercanía con los sacerdotes:
Para Mons. Juan Miguel, la cercanía con el clero es primordial en el caminar diocesano; por tanto, “desde el día que llegué, yo le dije a los sacerdotes que para mí la primera pastoral era ellos y, continúo siempre con ese pensamiento: los sacerdotes son los más importantes. Yo quisiera estar muy cercano a ellos para ayudarles, para animarlos, para servirles; durante toda la semana, tuve la oportunidad de estar con los cuatro frailes, rezábamos juntos, desayunábamos juntos, cuando se podía pues almorzábamos juntos”.
Es este deseo de cercanía y fraternidad sacerdotal, junto a la vivencia de la pastoral en primera línea, lo que mueve a Mons. Castro para hacer a los párrocos una solicitud respetiva: “quise compartir con ellos lo que hacían diariamente; entonces, fuimos a visitar enfermos, a realizar las celebraciones de las eucaristías. El compartir para mí significó muchísimo, estar a la par de ellos, ver la vida y el sacrificio, y todo lo que ellos llevan fue maravilloso, conocer más de cerca los dones que ellos tienen, las luchas, en fin. Realmente que le doy a Dios gracias por la oportunidad que me dio de compartir con ellos”, precisó el prelado.
Una actividad fraterna de mucho provecho en esta Visita Pastoral, “que valoré mucho de parte de ellos (sacerdotes) y les agradecí, es que me llevaran a Boquete-Panamá, a esta tan importante exposición y actividad que tienen en relación a la Feria de las Flores y el Café; yo les agradezco mucho a ellos porque tuvimos la oportunidad todo ese día de compartir, comer y valorar la cultura panameña. Máxime, que todos ellos son panameños. La pasamos muy bien ese día.”
Administración y recursos:
Con ocasión del encuentro sostenido con el Consejo de Asuntos Económicos, pudimos meditar en el ámbito económico de la zona y el estado eclesial, “es una zona muy trabajadora, pero en lo económico es bastante difícil, muy difícil, son muchos los sacrificios que ellos tienen. Hay comunidades donde van y la comunidad no les puede aportar nada porque son comunidades muy pobres y muy pequeñas, tienen necesidad de carros mejores porque los caminos son muy complicados, y se deterioran muy rápido. Ellos como religiosos todo lo comparten y todo lo que les dan es de todos, pero sí la pasan un poco difícil. Cada día se va viendo la necesidad de pensar en otro tipo de entradas fijas porque ya las colectas no dan para poder sobrevivir, éste fue uno de los aspectos que estuvimos analizando, ver la posibilidad de una entrada más fija, y como hay palma en la zona, estudiar la posibilidad de alguna finca con palma para que tengan un ingreso todas las semanas”, señaló el purpurado.
Estar con las familias, escuchar y bendecir:
La pastoral es presencia, cercanía, estar con ellos. “Yo le pedí a los frailes que quería visitar familias, aquellas familias de las que están involucradas en la Iglesia y en la comunidad, tuve así la oportunidad de visitar enfermos, pedir por ellos, ir a sus casas y ver las realidades en las que ellos están viviendo. Gracias a Dios la palma está presente por toda la zona y es un producto que da trabajo para comer, porque así se vio, todas las semanas hay corte de este fruto de la palma, entonces ellos la cultivan y cortan la fruta y todas las semanas tienen dinero para poder comprar el diario. Gracias a Dios la gran mayoría personas viven de esto, no tendrán mucho dinero, pero por lo menos tienen para poder comer y vivir. Yo resalté eso entre la gente, les hice ver qué bendición, y lo que es Dios, que una planta de éstas, ya a los dos años empezaba a producir y ahí se llevaba 30 o 40 años produciendo. Eso es una bendición muy grande”, recuerda Mons. Castro.
No obstante, las familias en general de la zona tienen retos, y con toda claridad se desprende la necesidad de más y mejores fuentes de trabajo, “de los retos, pues que haya más oportunidades, porque al igual que en muchos lugares, el narcotráfico está muy metido, y al ser una zona fronteriza por muchos lugares llegan, y les ofrecen a las familias dineros y trabajos que no son los más adecuados, y se pueden enredar en este mundo, comprometer a sus familias. Se requiere entonces, mejores y más oportunidades de trabajo”, recalcó el Obispo.
Fortalecidos por los sacramentos:
Una de las acciones que acompañó cada jornada de Visita Pastoral fue sin duda la oración y la vida de los sacramentos, es ahí donde encontramos la fuerza y la gracia de Dios que viene en nuestro auxilio; especial mención en esta oportunidad para la vivencia que se tuvo en Santa Rosa, donde “precisamente tuve la oportunidad de bautizar a este niño de 6 años, Santiago; hijo de una familia muy sencilla, yo les decía que para esta criatura fue una experiencia lindísima, pues estuvimos los cuatro sacerdotes y mi persona. El bautizo lo compartí con mucha alegría con ellos, y yo pienso que esta familia no va a olvidar esta experiencia. Me encantó de verdad. Me encantó compartir con esta familia sencilla el bautismo de uno de sus hijos”, precisó el Obispo, en aras a propiciar conciencia de cómo los sacramentos también han de ser momento oportuno para acercarnos con humanidad a todos y hacer de la Iglesia un lugar de encuentro y acogida.
A los pies de Jesús Eucaristía se vive el ser Iglesia:
Una Iglesia en marcha con espíritu sinodal ha sido el lema que hemos escogido para este 70 aniversario de nuestra Diócesis, con este deseo claro de estar cerca de todos y sobre todo de los más alejados, escucharlos y construir juntos la Iglesia, “yo le había pedido al P. Nicanor, párroco, me llevara a la comunidad más lejana que tuviera la parroquia y, efectivamente tuve la oportunidad de ir a Santa Rosa, comunidad más lejana, distante unas dos horas del centro parroquial. Una comunidad de familias muy sencillas y una pequeña, las familias católicas son poquitas”, describió Monseñor.
La visita significó la reapertura de esta comunidad, “por la pandemia habían cerrado, pero van a seguir visitándola; entonces, valorar muchísimo la evangelización que los frailes están haciendo, ellos cada 15 días van a visitar una comunidad, los cuatro frailes van a visitar y hacen adoración eucarística, los cuatro están, uno está confesando, el otro está con el coro en la música animando, el otro dirige la adoración eucarística y así. Eso lo hacen por toda la parroquia, cada 15 días van a diferentes comunidades y ahí llegan diferentes personas a compartir, fue una experiencia lindísima. Yo les reconocí ese método de evangelización porque motivan a toda la comunidad parroquial”, precisó Mons. Castro Rojas.
En esta misma línea de la importancia de la adoración eucarística, se visitó entre otras comunidades la de Vereh, localidad que ha desarrollado una fuerte pertenencia a la adoración ante Jesús Sacramentado, y donde incluso se pensó en algún momento la posibilidad de que hubiera ocurrido algún hecho sobrenatural. Al respecto, Mons. Juan Miguel, precisó: “yo pienso que lo más importante es la adoración eucarística que se puede dar ahí, no dudo de cualquier milagro o cosas que se puedan dar ahí o en cualquier templo o sagrario donde está Jesús Eucaristía, eso no lo dudo. Yo pienso que es muy pero muy importante la adoración eucarística y que la comunidad continúe enamorada de Jesús Eucaristía, a ciencia cierta no podemos asegurar que se haya dado algo, pero igual queda abierto a cualquier cosa que pueda suceder, pero lo más importante es que ahí está Jesús Eucaristía, y ante su presencia se sana todo. Por ello, invitar a esta comunidad que siga adorando a Jesús y cada día amarlo más”, argumentó Monseñor.
Adultos mayores claman por amor:
Visitar un Hogar de Ancianos siempre es una experiencia enriquecedora y humana, “tuve la oportunidad de estar en el Hogar; primero, una gratitud a todo el personal por la obra tan maravillosa que realizan, porque es una obra de caridad y de calidad extraordinaria, ese es el hogar para ellos, los que los asisten son su familia. Me decía la administradora que, de 46 ancianos que hay ahí prácticamente 30 no tienen familia que los visiten, que compartan con ellos y, para mí, realmente esto es doloroso. Yo entiendo que hay situaciones, algún momento difícil; pero, nuestros papás cuando están ancianos es cuando más lo necesiten. No es justo. Yo no puedo abandonarlos. No es justo que solo no los visite. No es justo. Ellos claman por el amor y por la presencia de su familia, por sus hijos, por sus nietos, porque ahí están presentes. Entonces, es importante valorar a la familia y hacer tomar conciencia de la necesidad de velar por ellos, de llamarlos y de cuidarlos y de estar con ellos. Atenderlos hasta la muerte”, sentenció el prelado.
A modo de conclusión:
- “Valoro primero el trabajo que los frailes hacen en esta parroquia, un trabajo muy pero muy sacrificado, de verdad que sí, muy sacrificado. Terminaba con una Eucaristía, y termina uno empapado por los calores que hacen ahí, pero a ellos se le ve alegres, atentos atendiendo a la comunidad, la gente los quiere mucho, ellos son muy sencillos y muy atentos con la comunidad, son muy cercanos”.
- “Los laicos que hay en esa parroquia realmente son laicos muy comprometidos, laicos que aman a la Iglesia y que están para servir a la Iglesia, muchos de ellos dan todo para servir en la parroquia y para para estar ahí presentes cuando los frailes los llaman. Analizaba cómo en la última comunidad, Santa Rosa, había un grupo tan lindo, un grupo extraordinario de comunidad, ahí estaban haciendo comunidad, alabando y adorando al Señor, y en cualquiera de las esquinas donde uno iba, ahí estaba la gente participando de la Eucaristía, atendiendo las necesidades”.
- “Realmente que fue una experiencia maravillosa, y yo les decía que esto es una Iglesia en salida, y a eso estamos llamados. Yo quisiera abogar por esto, por una Iglesia en salida, que no nos quedemos sólo en la casa, sino que vayamos a visitar enfermos, vayamos a visitar familias, personas que no volvieron a la Iglesia, vayamos a sus casas, vamos a bendecirlas, animarlos. Si hay alguna situación difícil, no debemos de desmayar sino seguir adelante y trabajar por el reino de Dios siempre”.
Mons. Juan Miguel Castro Rojas, V Obispo de la Diócesis de San Isidro, concluyó ésta, su primera Visita Pastoral, “agradecido profundamente con Dios por esta oportunidad que me dio de compartir en esta linda comunidad parroquial de Santa Marta, muy agradecido de veras, Dios es grande, el estar cerca de las personas es uno de los aspectos que a mí me encanta y procuraré siempre hacerlo en todas las visitas pastorales, que sientan que yo estoy ahí, que no soy una persona lejana, todo lo contrario. Quisiera presentarme siempre como alguien cercano a la comunidad, y así se los dije, que iba a orar siempre por todos y les pedí que siempre oraran por mí, que yo iba a estar aquí en lo que les pudiera servir. Animar a la parroquia de Santa Marta a seguir adelante, adorar y glorificar al Señor, les invito a cada uno a ser una persona de bien, a servir con alegría y siempre en las manos de Dios”.