En la noche de este jueves 06 de abril, los adoradores de la Diócesis de San Isidro, participaron de la II Formación Eucarística, impartida por Monseñor Fray Gabriel Enrique Montero Umaña. La Catedral de San Isidro de El General, fue el lugar de encuentro de decenas de adoradores, deseosos de aprender cada día más acerca del Santísimo Sacramento del Altar.
El obispo inició la formación haciendo un breve cuestionamiento entre los adoradores, respecto a lo que les llama mayormente la atención cuando entran en una Iglesia. “El Altar – respondió el obispo- es lo más llamativo. El Altar es utilizado para la Celebración Eucarística, eso indica cuán importante es en la vida de la Iglesia”. De igual forma agregó que la Eucaristía, el tabernáculo, siempre ocupará donde quiera que esté, un lugar central importantísimo, porque ahí está el Señor en su presencia permanente con nosotros” enfatizó.
Continuando con la formación, el obispo explicó diversos aspectos importantes en la Doctrina Eucarística según la Iglesia Católica. Al respecto, el obispo indicó que el pan y el vino consagrados en la Eucaristía presidida por un sacerdote, se convierten en el Cuerpo y la Sangre del Señor Jesucristo, “por medio de las palabras de un sacerdote, a la hora de consagrar ese pan y ese vino, se convierte en el Cuerpo y la Sangre del Señor Jesús … ese es el más grande milagro, ese es el más grande misterio, por eso al terminar la consagración decimos ‹‹Éste es el misterio de nuestra fe››” indicó el obispo.
“Cristo está presente en las Especies Consagradas – enfatizó – con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, esa es una fórmula que ha acuñado la Iglesia y que seguimos diciendo, es decir toda su persona de Verbo Encarnado, tal y como vivió en esta tierra, en su condición de crucificado y finalmente glorificado”. Y diciendo esto, el obispo recordó a los participantes de la formación que “la presencia del Señor en las Especies Eucarísticas, no se limita a la duración de las Celebraciones Eucarísticas, sino que es continua y permanente en la vida de nosotros” mencionó.
Otro de los puntos trascendentales en la Doctrina Eucarística expuestos por Monseñor Montero, es la condición indispensable que tiene todo cristiano para tener vida eterna, la cual consiste en comer el Cuerpo y beber la Sangre del Señor. “La Eucaristía nos une al Señor Jesucristo, haciendo posible que formemos con Él un solo Cuerpo, igualmente nos hace uno con nuestro hermanos como miembros vivos de ese mismo Cuerpo de Cristo” agregó monseñor.
“Es fuerza vital en la lucha contra el mal, que alimenta la Fe, que fomenta las virtudes, que nos renueva continuamente el espíritu porque nos da la fuerza de su Santo Espíritu, entonces cada Eucaristía es un nuevo Pentecostés y cada vez que recibo la Eucaristía es un nuevo Pentecostés” finalizó.
“La única cosa que nosotros vemos del Hijo del Hombre, sobre esta tierra es su cuerpo y su sangre”. San Francisco de Asís