Este lunes 12 de febrero marcó el inicio de la Visita Pastoral que Mons. Juan Miguel Castro Rojas, Obispo de San Isidro, realiza a la comunidad parroquial de Santa María en el cantón de Dota, jurisdicción que está bajo el patrocinio de la Virgen María, en la advocación de Nuestra Señora de la Cueva Santa.
El prelado, una vez que llegó a esta localidad, se dirigió a la Capilla del Santísimo, donde se recogió en oración por unos minutos, para dedicar posteriormente su tiempo en saludar, dialogar, bendecir y compartir con el buen número de feligreses y vecinos que se encontraban en los predios de la parroquia, esto con motivo de los diferentes servicios que se ofrecen en el contexto del cierre de las fiestas patronales.
Cabe destacar entre los presentes, el servicio que desempeña el P. Enrique Ureña Mora, párroco de la localidad, quien con su característico chonete y fuerte delantal hacía de mesero y limpia mesas, dando cátedra de servicio entre los hermanos; también, entre los presentes, se destaca la posibilidad que tuvo el Obispo de saludar a Don Adrián Cordero Cordero, alcalde electo para este cantón josefino.
Por la tarde, al ser las dieciséis horas, Mons. Juan Miguel tuvo la oportunidad de celebrar la Eucaristía en el centro parroquial, celebración que marcaba el cierre de los festejos marianos y que contó también con la consagración de una veintena de marienses, quienes se han venido preparando con “33 días de formación por medio de prácticas como el rosario, reflexión personal y la coronilla de las virtudes”, precisó la Hna. María Elena Ugalde Álvarez.
Así mismo, según relató la consagrada, este rito se hace tres veces al año, en fechas distintas, con ocasión de las festividades de la Virgen, la fiesta de San José y la del Sagrado Corazón. Por su parte, la Hna. Lorena Mayorga Elizondo, precisó que, “ésta es una consagración muy especial porque fueron muchísimos, y con la presencia del Señor Obispo se va a realizar también en las filiales; sin duda, ha sido un testimonio muy bonito por parte de las personas que han hecho este proceso, el cual nos acerca al amor de María, y también a los Sacramentos”.
En esta Eucaristía, durante la homilía, el Obispo invitó a los presentes, cercano ya el tiempo de la Cuaresma, a acercarse a Dios, reconociendo las faltas y pidiendo perdón, porque en las lecturas hemos escuchado que, “el pecado hizo que el hombre se alejara de Dios, y Dios le pregunta dónde estás, porque es Dios quien va en busca del hombre que ha caído en pecado, es Dios quien desea que el hombre le responda y, aunque Adán no reconoce su culpa, Dios sale a su encuentro para ofrecer misericordia, éste es Dios que sale en busca de nosotros […] Por eso, hay que aprender de María para responder como ella, porque no es fácil responder como María, no es fácil abandonarse totalmente en Dios, pero debemos imitar la fe de María y responder: he aquí la esclava del Señor, acá estoy para que se haga en mí lo que a ti te parece», precisó el prelado.
Finalmente, tras la Eucaristía se realizó una peregrinación alrededor del parque de Santa María con la antiquísima imagen de Nuestra Señora de la Cueva Santa, momento que sirvió para manifestar públicamente la fe en aquella que supo decir sí a Dios, y es la Madre del Cielo y madre nuestra.