La presente visita pastoral que realiza nuestro Obispo, nos hace recordar aquella última visita pastoral que esta parroquia había tenido, la cual se realizó del 25 al 29 de abril del 2016 mediante el Obispo de entonces, Mons. Fray Gabriel Enrique Montero Umaña. Y como la historia es importante, vale la pena recordar lo que se vivió en aquella oportunidad, gracias a las notas que conserva Radio Sinaí en el web site de la Diócesis de San Isidro.
Recibimiento en Ciudad Neily
Fue la mañana del lunes 25 de abril, cuando Mons. Montero fue recibido por medios de comunicación de la zona, quienes le entrevistaron con el afán de tener sus impresiones sobre la realidad del Sur y su deseo como fruto del viaje. La jornada, daría inicio en la Escuela Echandi de Ciudad Neily, donde compartió con los docentes y estudiantes.
Posteriormente, se dirigió al Colegio Humanístico ubicado en la Sede de la Universidad Nacional, ocasión propicia para que los jóvenes le formularan preguntas sobre diversos temas, entre los que destacó: el final del mundo, los conflictos religiosos internacionales, la posición de la Iglesia sobre la Región Brunca y los migrantes, así como el estado laico en Costa Rica, entre otros.
Seguidamente, visitó el Hospital de Ciudad Neily donde compartió con el personal, el director del centro de salud y algunos pacientes. De seguido, se dirigió a la Escuela de San Jorge donde el personal docente le expuso la gran problemática de violencia en que viven los estudiantes, esto a causa de la realidad fronteriza de la zona y las repercusiones sociales que esto genera.
Buscó garantizar el trato humano para migrantes
El martes 26 de abril del 2016 estaría marcado por el drama migrante, cuando Mons. Montero visitó el denominado “campo africano de Canoas”, lugar donde se reunió con migrantes y autoridades del gobierno de Costa Rica en búsqueda de una salida humana ante la frágil situación que se vivía por parte de los migrantes, ya que llevaban días en el caliente asfalto sin las condiciones mínimas.
En aquella ocasión, personeros de Migración y Extranjería explicaron los retos que enfrentaban debido a la existencia de redes de trata y extorsión de migrantes, así como los esfuerzos que se realizaban para ofrecer condiciones mínimas en los distintos refugios que operan y el llamado a la población en general a seguir ofreciendo la ayuda mediante la donación de alimentos y campañas de solidaridad.
Al visitar el “campo africano”, Mons. Montero habló y escuchó sus inquietudes, intentando ser mediador de la crítica situación que vivían, expresada por uno de aquellos migrantes con vehementes palabras: “tenemos niños enfermos y este espacio no es bueno para nosotros…, hablo en nombre de este pueblo, estamos sufriendo aquí… no somos negros africanos, somos personas que buscamos el bien para nuestra familia, no son delincuentes, no son vagabundos, no son ladrones, no son traficantes y si tú quieres revisar a cada uno de nosotros aquí, tienes facultades…; cada uno de nosotros es representante de una familia entera que está pasando hambre en África…”
Visita a comunidades y centros necesitados
Ese mismo martes en horas de la tarde visitó la comunidad de Guayabí donde fue recibido por los habitantes de dicha zona entre signos de alegría y gozo, a esta comunidad asistieron también fieles de las comunidades de Bajo los Indios, Florida y Campo Dos y Medio. Posterior a la Eucaristía, escuchó al pueblo, los cuales le expusieron sus necesidades y preocupaciones, como lo son: la necesidad de fuentes de empleo, la necesidad de medios de comunicación, la inexistencia del transporte público, entre otros; monseñor luego de escuchar sus inquietudes aprovechó para exhortarlos a ser perseverantes en la fe. Finalmente, el obispo se dirigió al Hogar de Ancianos ubicado en Ciudad Neily, donde se enteró de los programas que este centro desarrolla para el cantón de Corredores.
Testigo de la frontera de desesperación
Con este título, ese mismo martes, Radio Sinaí informó que Mons. Montero constataba cómo “la vivencia de estos migrantes extracontinentales está alcanzando un tono de desesperación”. Por eso, hizo un llamado a la paz, y revisó junto a las autoridades del gobierno, las mejores condiciones para garantizar un trato humano a los africanos, apoyando también las acciones que tomaron sacerdotes, laicos y otras gentes de la Diócesis por llevar alimento y artículos personales para el aseo de quienes viven una pesadilla.
“Lo que me preocupó es su situación de desesperación, sentí que esto ha llegado a un punto de desesperación”, destacó Monseñor Fray Gabriel en su momento. Evitar cualquier brote de violencia fue el clamor que realizó el Pastor de la Diócesis en aquella oportunidad.
Obispo consagra sus manos en medio del servicio más humilde
Con este título, Radio Sinaí dio a conocer cómo tras una larga y pesada jornada Mons. Montero, durante la mañana del miércoles 27 de abril, en su condición de mediador y garante del cumplimiento de los derechos humanos en favor de los hermanos africanos no sólo promovió el diálogo certero entre los grupos; sino que, recorrió los terrenos una y otra vez, durante más de 4 horas, buscando las mejores condiciones; y para convencer a los africanos, él mismo inició el proceso de trasladar las cabañas sanitarias a una mejor ubicación evitando los olores y propiciando mejores condiciones. Servicio humilde, pero que dijo a toda claridad, lo que significa verdaderamente servir y buscar el bien de todos. Después de esto, el gobierno se comprometió a gestionar en los refugios el proceso migratorio para todos los involucrados. Así, la presencia del obispo fue clave, el gobierno reconoció su valor por la voz de la Iglesia, su aceptación y respeto; y para los africanos, liderados por Karonga, el Obispo se convirtió en una voz creíble.
Retomó visita a las comunidades
Tras aquella ardua negociación, la tarde del miércoles 27 de abril, visitó las comunidades de Mariposa, Colorado y La Palma, en todas fue recibido con gran alegría y gozo, pues entre sonrisas y globos, acompañaron al obispo en su caminar, manifestando una y otra vez su júbilo por contar con un obispo por primera vez entre ellos, puntualizó el Pbro. Oscar González, para aquella ocasión.
En todas estas comunidades monseñor escuchó sus preocupaciones pastorales, las cuales casi todas coinciden en la enorme necesidad de más agentes y en el compromiso y responsabilidad de los que ya están en el servicio pastoral. Concluyó con una misa en Paso Canoas, donde recordó su servicio pastoral por la zona siendo sacerdote unos 40 años atrás, momento en el que precisó que, “el obispo no viene a una visita pastoral a que le reconozcan honores sino a servir y cumplir su misión”.
Fría y triste descripción de la Zona Sur
Durante la mañana del 28 de abril, Mons. Montero sostuvo una reunión con el alcalde electo para Corredores, Sr. Carlos Viales, y varios síndicos en las instalaciones de la municipalidad local, donde desarrollaron varios temas, entre los que destacaron: el fenómeno migratorio, la legislación del hermano país, el cambio paradigmático que presenta la sociedad y los elementos críticos que se identifican en la zona como lo son: la pobreza, falta de empleo, crimen organizado, caída del precio de la palma como producto local, comercio local lacerado por la competencia panameña y un gobierno central que no da respuesta. Ante ello, el Obispo pidió protagonismo del gobierno local en toda esta situación, y al Obispo le pidieron coordinar y animar a los 5 municipios del sur a realizar proyectos en conjunto que tengan impacto en la zona.
Posteriormente, Mons. Montero realizó un encuentro fraterno con la comunidad agustiniana, que contó con la presencia del Superior Vicarial, Fray Carlos de la Cruz Murillo, en donde evaluaron su presencia en la parroquia. Después, se trasladaron hasta Naranjo, donde se armó la verdadera fiesta con la presencia de las comunidades de: Laurel, Bambito, El Roble, Río Incendio, Caracol, Bella Luz, La Estrella, Santa Lucía, La Campiña, Tamarindo, Km25, Km31 y Santa Rosa; digo se armó la fiesta, porque el obispo fue recibido con gozo y alegría entre bailes típicos y la presencia de los santos patronos.
Mons. Montero se despide del Sur llevando en su corazón las necesidades
Finalmente, el 29 de abril 29 del 2016 como último día de visita pastoral en Ciudad Neily estuvo marcado por dos actividades concretas. Primero, muy temprano el obispo viajó nuevamente hasta el refugio de los migrantes, donde habló nuevamente con ellos, les animó y mostró su afecto, así mismo, les recordó que dejaba al Pbro. Fray Alberto y a las Hermanas de Cristo Rey como representantes de la Iglesia para que fueran sus acompañantes y hermanos.
Como segunda actividad y última de aquella visita, Mons. Montero atendió a los fieles en la oficina parroquial, en medio de las diversas necesidades espirituales y pastorales. Fue así, como concluyó esta particular pero fructífera visita pastoral a una porción de la amada tierra del Sur.